Finalizan las obras de la iglesia del convento de Santa Clara, muy afectada por la humedad

Viernes, 4 Noviembre, 2016

El Consorcio de Santiago intervino en la iglesia del convento de Santa Clara, afectada por la entrada del agua de la lluvia y por una alta humedad en su interior, circunstancia muy negativa para los bienes de alto valor que posee, entre ellos los retablos y un magnífico órgano barroco. Las obras se centraron en los revocos del inmueble, en las cubiertas y en el jardín de acceso a la iglesia.

 

La arquitecta de la Oficina Técnica del Consorcio responsable de este proyecto es Idoia Camiruaga. Señala que “se arregló el tejado y se colocaron nuevos canalones y bajantes, que no tenía, de modo que el agua de la lluvia del tejado empapaba el terreno a los pies del muro, una de las causas de la humedad interior”.

 

Se aplicaron nuevos revocos

 

“Los revocos que se habían aplicado en obras anteriores estaban muy agrietados, desprendidos del soporte y no eran garantía ni protección de los muros” -indica Camiruaga-. Por las fisuras y grietas entraba mucha agua de escorrentía, que tiene más problemas en salir, por lo que se iba acumulando en las partes bajas del muro sur de la nave y del transepto sur. Así, se eliminaron los viejos revocos exteriores y se trataron con biocida las zonas donde estaban arraigadas las plantas superiores, en particular zarzas y líquenes. Se aplicaron nuevos revocos y, finalmente, se pintaron los muros con pintura a la cal, aplicada en fresco. Asimismo, se encintó toda la fachada y las partes altas de los contrafuertes y se rehizo la pendiente del canal del pórtico de acceso a la iglesia desde el jardín.

 

La intervención en el jardín 

 

El jardín de acceso a la iglesia tenía una pendiente que dirigía el agua de la lluvia contra el templo, que no poseía canal de recogida de las aguas en esa zona, por lo que las absorbía hacia el interior de las fábricas. Ante esta situación, se remodeló el relleno del jardín, al tiempo que se trazó una red de recogida de las aguas pluviales para conducirlas lejos de los muros. 

 

Por otro lado, entre los muros del presbiterio y del transepto sur hay un pequeño patio cerrado sin acceso, que no tiene posibilidad de mantenimiento salvo mediante el uso de andamios o grandes escaleras. Este espacio no contaba con una salida del agua de la lluvia, que iba hacia las fábricas, de manera que se intervino para reconducir las pluviales. Además, una vez modificado, se reutilizó un viejo canal de salida de pluviales hacia la calle para mejorar todo el sistema de recogida de la lluvia.