Se inicia la restauración del retablo de la capilla de San Roque de Sabugueira

Jueves, 16 Octubre, 2014

La Oficina Técnica del Consorcio de Santiago está promoviendo la conservación y restauración del retablo mayor de la capilla de San Roque de Sabugueira, en Lavacolla, que se encuentra en muy mal estado. La intervención, con un presupuesto de 14.507,90 euros, comenzó a principios de este mes y estará finalizada antes de finales de año. Las restauradoras encargadas de los trabajos son María Dolores Lago Arce y María Isabel Vázquez Rodríguez.

 

La capilla es de traza barroca de finales del siglo XVIII, aunque su fundación puede ser del XVI, y forma parte del conjunto arquitectónico del Camino Francés a Santiago. Solo se abre al culto una vez al año, coincidiendo con la festividad de San Roque.

 

La arquitecta del Consorcio que coordina este proyecto es Idoia Camiruaga. Explica que la capilla tiene una sola nave de planta rectangular, en cuya cabecera se sitúa el retablo, compuesto de dos cuerpos, a los que en el siglo XIX se les añadieron tres hornacinas, el frontal del altar y, a los lados de este, sendas credencias.

 

San Roque vestido de peregrino

 

El primer cuerpo se divide en tres calles separadas entre sí por cuatro columnas de estilo jónico. En el retablo solo queda una imagen, situada en la hornacina central. Se trata de una pequeña talla de madera de San Roque vestido de peregrino, con la capa con esclavina y un sombrero de alas con el relevo de una concha de vieira en su cara frontal, enseñando la úlcera que tiene en la pierna. Va acompañado de dos personajes alusivos al santo: un niño, que representa el ángel que lo curó, y un perro con un trozo de pan en la boca. San Roque lleva además el bordón y la calabaza, ambos añadidos a posteriori. 

 

El segundo cuerpo también está organizado en tres calles separadas por cuatro columnas jónicas. La hornacina central está ocupada por una cruz de madera muy sencilla. “Puede que los fondos de las tres hornacinas no sean originales, ya que el moteado que las decora parece el mismo que lleva el ángel que acompaña al santo. Y el moteado del ángel es un repinte, por lo que estos fondos también serían posteriores” -indican las restauradoras-. 

 

Pinturas murales tapadas por el cemento

 

“Hemos comprobado que anteriormente al retablo hubo pinturas murales que ahora se encuentran casi en su totalidad ocultas por un mortero de cemento que se aplicó a toda la iglesia. También detrás de una de las credencias encontramos los restos de una policromía sobre mortero muy deteriorada” –señalan las restauradoras-.  

 

En el cuerpo original los colores están escurecidos por los barnices y ocultas parcialmente por repintes, con los detalles que se quisieron destacar dorados al agua. En la parte del retablo correspondiente al siglo XIX destaca una escena de la vida del santo, aunque está muy cubierta por el barniz. Y la policromía original de la imagen de San Roque está tapada por sucesivos repintes. 

 

Se recuperará la policromía del conjunto y la solidez de su estructura

 

El estado de conservación del retablo es muy deficiente. Ha sufrido cambios a lo largo del tiempo que se reflejan en los añadidos posteriores a su núcleo central. Se observan mutilaciones, diversidad de elementos estructurales añadidos, desaparición de algunos elementos, junto con una incidencia importante de la humedad y de los xilófagos. Todo esto ha provocado que su estructura se encuentre muy debilitada y que tenga el cuerpo superior desplazado cara al muro.

 

Lo más grave del estado de conservación del retablo se centra en su estructura, sometida a un ataque intensivo de la carcoma, atraída por la existencia de elementos de madera de pino añadidos a lo largo del tiempo. La estructura de la imagen de San Roque también está muy deteriorada. Y se han perdido elementos por la acción de la humedad, de los xilófagos e incluso por la intervención humana, en particular en esculturas, pequeños detalles decorativos, molduras…

 

La finalidad de la intervención es aplicar todos los tratamientos necesarios que permitan recuperar la solidez estructural del retablo y su saneamiento, garantizando su conservación futura. Además, se restaurará la policromía del conjunto, manteniendo su coherencia estilística.